Al nacer llegué llena de roles: hija, hermana, prima, nieta, sobrina y un poco más allá sobrina nieta, prima segunda y casi quedaba lleno el álbum de posibles cargos familiares.
Más tarde fui ahijada, vecina, alumna , compañera y amiga. Después fui novia , cuñada y tía.
Mientras lleno estos casilleros de vida recuerdo a tantas personas queridas.
Y siguieron los roles como tía y madrina.
Empleada y maestra pertenecen ya a las decisiones personales, incluso esposa.
Y cuando el momento fue oportuno, cuando quien sabe qué conjunción cósmica desconocida, misteriosa y maravillosa se armonizaron fui madre.
Ser madre no se ejecuta voluntariamente… podés desearlo… decidirlo... pero no lograrlo siempre.
Quién sabe dónde está la determinación de que lo seas.
¿Tus creencias te pueden dar alguna respuesta? Puede ser……..
Y ahí te enteraste y esperaste y te convertiste en madre. ¿Una vez, dos , tres, más?
¿Es fácil? ¿Quién lo puede responder? ¿Tiene un tiempo? No creo. No le podrías dar un comienzo ni un final. Es. Es la vida en tu vida que no tiene ni principio ni fin.
No puedo con mi genio y pregunto: ¿cómo podemos poner un día? Qué sé yo… un día es algo muy insignificante, diminuto……………. Propongamos la eternidad entera para dar gracias por haber protagonizado el fantástico milagro de ser instrumento que trae vida.
Te mando un abrazo. Festejar?? ¡Pero claro que sí…………! eternamente!!!!!!!!!!!.
Marga
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